Cuando recién se iniciaba la masificación de internet,
en el último lustro de los años 90, muy pocos vislumbraban el rol gravitante
que tendría como eje de desarrollo económico y social. De hecho, a nivel de empresas, especialmente las de menor tamaño, el definir si dar
o no acceso a la red a todos los empleados era incluso tema de debate. Las
razones tenían relación con los costos por un lado, y con aprehensiones
respecto del ancho de banda y la seguridad por otro.
Posteriormente, sin embargo, y en especial a
partir del advenimiento de la banda ancha, ese debate no sólo desapareció, sino
que se volvió totalmente obsoleto. El peso de la evidencia en las
cifras respecto del impacto de la masificación de la banda ancha
en el aumento de la productividad de las organizaciones y en el nivel de
desarrollo de los países hizo que se comprendiera lo esencial de maximizar su uso en todos los niveles de las organizaciones y
las sociedades.
La fuerte caída de los precios en los
servicios de conexión a internet, así como la propia evolución de las
tecnologías ha ido facilitando enormemente el que las cifras de usuarios en
todos los países hayan crecido a tasas vertiginosas en los últimos cinco años.
Impacto en la
economía y la sociedad
Conceptualmente, la banda ancha es uno de los
ejes del desarrollo económico porque es la base mínima que permite un mayor y
mejor acceso a la información, un aumento de la productividad y una mejora en
los procesos de negocios de las organizaciones. Asimismo, permite a las
empresas de cualquier tamaño y sector integrarse a la actual arquitectura de
empresas en red y aumentar, por ende, su competitividad. El efecto de la banda ancha en este caso ha sido el motor que empuja a la
digitalización, es decir, fomenta el uso más intensivo de las tecnologías, lo
cual permite a las organizaciones reducir sus límites, minimizar costos y
forjar su eventual crecimiento.
La banda ancha es, en este último aspecto,
inseparable del e-Business o de los negocios electrónicos, factor que no sólo
influye en el aumento de productividad de las firmas, sino también favorece la
tercerización de servicios. A su vez, esto tiene una incidencia en el
empleo, de manera que la banda ancha es un catalizador que dice mucho de la
economía de los países. Por ejemplo, en Chile, según un estudio de Raúl Katz,
académico del Columbia Business School, un incremento del 10% en la penetración
de banda ancha puede aumentar en 0,018 puntos la tasa de ocupación.
El mismo autor ha estimado que un aumento de 10% en la penetración de la banda
ancha podría contribuir a aumentar en 0,16 puntos el crecimiento del PIB
(Producto Interno Bruto) en América Latina.
Por otra parte, el efecto de la banda ancha
se replica también a nivel de la sociedad, en tanto facilita el acceso a la
información a más personas y reduce las brechas educativas, transformándose en
un elemento impulsor que contribuye a la inclusión social. Por ello, diversos organismos nacionales e internacionales consideran el factor
penetración de conectividad a internet como un factor relevante para medir el
nivel de avance y desarrollo de los países y sociedades. Level
3 posee una red IP que puede actualizarse en forma permanente, por lo que sus
servicios de internet permiten prestar apoyo a sus clientes, colaboradores y
socios a través de un acceso mundial veloz. Junto a ello, la seguridad en su
red, la experiencia y conocimientos técnicos internos brindan monitoreo,
gestión y soporte técnico permanente, las 24 horas. En el caso chileno, Level 3
posee y opera uno de los 2 cables submarinos que proveen internet y
conectividad de telecomunicaciones a todo Chile, el cual recorre el planeta.
Al mismo tiempo, la banda ancha ha ido
forjando el desarrollo de nuevas prácticas que redundan en beneficios conjuntos
para las empresas y sus empleados, en donde destaca, por ejemplo, la creciente
adopción del teletrabajo parcial o total, en algunos casos.
Pero existe otro aspecto en donde la banda ancha es
también decisiva: el gobierno electrónico o e-Government, ya que cualquier
esfuerzo por modernizar el Estado, no sólo se orienta a mejorar procesos sino
también a acercar los gobiernos y las instituciones públicas a las personas,
por lo que un real avance en esta materia sólo puede darse maximizando la
penetración de las conexiones a la Red.
Un bien público
global
La importancia de la penetración de Internet
se ve refrendada por estudios y análisis de diversas organizaciones, como la
Cepal (Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina y El
Caribe), que ha remarcado la importancia de la banda ancha en la región como
uno de los ejes de desarrollo social y económico. Al respecto, la entidad ha
recalcado que la banda ancha debe ser considerada un bien público global y de
fácil acceso, por lo que el precio es un elemento de
importancia en los países latinoamericanos, en donde si bien los costos se han
reducido considerablemente y se ha aumentado la velocidad, aún persiste una
brecha con las economías más desarrolladas.
De acuerdo a la Cepal, a través de su
Observatorio Regional de Banda Ancha (ORBA), en la región el acceso a 1 megabit
por segundo puede llegar a costar 31% del ingreso bruto, lo cual contrasta con
los países desarrollados en donde esa cifra no llega al 1%. En cualquier caso,
el organismo ha subrayado la baja de precios que ha
experimentado la banda ancha, ya que a marzo del 2010, el costo promedio de un
servicio de 1 megabit por segundo (Mbps) costaba alrededor de US$57, cayendo, a
mediados del año pasado a unos US$21, es decir, ha experimentado una reducción
del 63%.
Algo similar ha acontecido con las
velocidades de subida y de bajada. De acuerdo a ORBA, desde el año 2010 a la actualidad la velocidad de subida (upload) se ha
triplicado, siendo Chile, junto a Paragua y Ecuador, los países que encabezan
ese ítem en la región.
En bajada o descarga, en tanto, se ha llegado a un promedio un promedio de 4
mbps en Latinoamérica, cifra que aún se mantiene lejos de los 12 Mbps de
Europa.
En el caso particular de Chile, cabe destacar
que es el país que lidera la penetración de conexiones a internet a nivel
regional, ya que, según datos de la Subtel (Subsecretaría de
Telecomunicaciones), actualmente el 41% de la población cuenta con acceso a la
red. En cuanto a conexiones, se llega a cerca de 5 millones de banda ancha
móvil e internet móvil, lo que representa casi el doble de las conexiones fijas.
Gianni
Hanawa